Hace unos meses publicaba bajo el titulo "Un bello oficio" la simpática carta que recibía de un cliente sobre un importante anillo que me había encargado. Os adjunto ahora la carta que me envía una vez hecho el regalo a su esposa que en absoluto desmerece a la anterior.
"Muy
estimado Maese Orfebre Yanes:
Lo que vos
habéis denominado garbanzo, por mor de vuestra natural humildad, ya entregado a
la que Dios me dio por esposa, yo lo calificaría con una oda, ¿ qué es una oda?
Dícese de la composición poética destinada a ser cantada, reflexión del poeta, en
este caso sin duda oda heroica pero también oda amorosa. Me explico, mi
estimado Maestro, vuestra composición debe ser cantada, cantada a los
vientos de este mundo doliente que espero aprecie lo bello, elegante, sublime y
a la vez discreto susurro de las luces que la piedra destila, cantado en
gregoriano, que la orfebrería es también arte sacro, adorno de bellas tallas de
Nuestra Señora, compañía de sagrarios de todo tiempo y lugar, expresión del
amor de un pueblo a su Salvador.
Es vuestra
creación oda amorosa, testimonio de mi amor a mi María, cuando ella a vuestra
creación mire, recibirá el eco, el recuerdo, la imagen de mi devoción por ella.
Esta mañana
he hablado con mamá, ya sabéis de su relación con Juanito, que así, en
confianza, los íntimos a Su Majestad llaman, pues bien, sea ella intermediaria
ante el coronado, le he solicitado, no puedo menos, título nobiliario para el
Maese Yanes. La cuestión es la denominación, antaño era fácil, por cuanto iba
ligado el título a las tierras que se entregaban, por tanto venga a mí la
inspiración para elegir el a vos adecuado.
¿Cuál
podría ser? De inicio un marquesado, el ducado esperar debe a futura creación
que tan alto rango merezca. Decidido pues el rango, sin duda más que
condado que ya mucho es. Me apresto pues a ponerle cascabel al título, veamos
señor Marqués, os parece Marqués de la Perla? A Fe mía que no, me suena algo
afeminado¡¡¡ El Ducado de Rubí ya existe (por cierto de un mío antepasado, no
os miento, General Weyler).
Y Marqués
del Brillante, tampoco, que suena petulante¡¡¡
O cielos
buscar un marquesado que a tan ilustre orfebre justicia haga, es asunto
cansado, asunto complicado que me tiene ensimismado, pero con esfuerzo esta
campaña con éxito conseguiré haber terminado.
Sigamos
pues con denuedo, ¿ qué tal Marqués de Hita? No, que el Arcipreste dirá, quita,
quita¡¡¡ Y Marqués de la Creación? Mucho es, tal vez demasiado.
Sigo pues
cavilando, sigo a los hados suplicando, ven a mí esquiva inspiración, acude
presta a mi cabeza, que la misma está toda dispuesta para terminar esta
gesta¡¡¡
Pudiera ser
Marqués de la Reunión que rima con canción, devoción y sublime oración, me temo
no lo sé que el mismo ya está adjudicado debo pues seguir con la disquisición.
Ya lo sé,
ya lo encontré, delante de mis narices estaba y yo lejos buscaba lo que a mi
lado, a mi vera por las musas se me susurraba,
Os haré
sufrir un poco antes de desvelar el misterio, pero es claro, como el agua, será
Marqués de Veragua? Noooo, que es ducado y pertenece al descubridor de hasta
Chihuahua.
Seré
compasivo, seré indulgente, sea vuestro título reflejo preferente del mundo del
orfebre, de la historia de la joyería, de las gestas hasta el oriente y por
ello seré clemente y revelo sin demora el misterio que os conmemora
Sea vuestro
título Marqués de Yanes, nada más apropiado que a tan orfebre apellido
vaya ligado.
Dicho queda,
escrito está, que se entere la nobleza toda desde un infantado hasta el mayor
de los ducados, nace hoy uno grande, uno osado para Don Jesús de su amigo
desterrado¡¡¡¡
Me despido
ya algo agotado esperando de vuestro tiempo no haber abusado.
Que Dios os
guarde, que Dios os proteja y que la vida nos permita ulteriores odas, versos,
sonetos, quintetos o epitetos (sin acento).
De vos se
despide este atleta del sillón y de la silla, que quiere la sonrisa asome
en toda mejilla.
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