miércoles, 6 de julio de 2011

Boda de Alberto de Mónaco (1)

Princesa de Mónaco
Charlene dejó de ser Charlene

Sí recordais  mi anterior entrada "Charlene Wittstock de sirena a princesa"  del pasado 2 de junio, allí ponderaba la belleza, elegancia, sencillez, saber estar y el acierto siempre de las joyas de esta joven mujer, y como vislumbraba en estas virtudes los signos inequívocos de una gran señora.

Charlene era una gran mujer, se lo creyó y lucho por ello, esto fue mas que evidente, pero...  se traicionó a si misma (al no coger ese avión).

Me ha costado mucho encontrar buenas fotos de la novia (quiero decir fotos en las que la novia la viéramos radiante). El vestido me pareció imponente, pero una vez más no ha sido suficiente para que deslumbrara una novia espectacular. ¿Sería la falta de joyas?  (he procurado omitir las fotos más vistas en el cuche y os pido que me mandéis si encontráis alguna en la que merezca la pena).
A menudo me habéis oído comentar que las joyas son exacto reflejo del estado y la personalidad de la mujer, y... ¿qué me decís de esta ocasión?

Charlene Wittstock

Vestirse es una necesidad a la que estamos acostumbrados y para la que conocemos su código de cada momento. Engalanarse con joyas es una opción muy personal; no necesariamente exigida socialmente (como el vestido), a la que no estamos tan acostumbrados, no conocemos exactamente sus códigos y no solemos andar tan holgados de alternativas.

En estas circunstancias es muy fácil caer en el recurso de... "hoy sin joyas", sin darnos cuenta que son justamente estos detalles del vestir los que marcan la diferencia entre una mujer y otra, e inconscientemente, entre un estado de ánimo y otro.

El problema de esta novia (triste) no han sido las no joyas, sin duda, pero este vacío clamoroso si es un refrendo categórico del estado de ánimo que ha reflejado su semblante.

No quiero terminar con Charlene sin apuntar un detalle más: En la segunda foto que os traigo ¿qué veis? ¿Una modelo de pasarela, o a una princesa de Mónaco?. Las joyas marcan la diferencia entre una modelo y una mujer vestida.

Aunque mi oficio es comentar joyas y no bodas, ¿de que nos sirven las joyas, grandes o pequeñas, si no nos ayudan a ser un poco más felices y a poner un granito mas de arena en este difícil camino de la vida?. Por esto simplemente diré que este A2M me parece un esperpento total, todo un disparate. No tratéis de imitarle, es el anti-glam!

Adiós Mónaco. En la retina siempre conservaré a la Princesa Grace.

Los Invitados:
... 
La fiesta nocturna.
...
La verdad venía dispuesto y con ilusión a comentar las joyas de los invitados y de la fiesta nocturna, pero... disculparme, toda esta boda me produce desazón, tristeza y decepción.

Sed felices!
Sed buenos!

Entradas relacionadas:  
24 de Mayo "Mini ensayo sobre el glamour"
15 de Julio "Boda de Alberto de Mónaco (2)"

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