lunes, 2 de mayo de 2011

La Reina Isabel

Reina Isabel II de GB

Las joyas son siempre delatores del estado de ánimo de las personas, y más que nadie en aquel que las posee.

Las joyas de esta boda han sido, una vez más, delatores de un estado de ánimo generalizado y mundial, y como si se tratara de una consigna protocolaria desde Buckingham, casi, han brillado por su ausencia en esta boda.

Pero en el caso de la Reina Isabel pueden tener algún significado adicional, me explico: La Reina Isabel II nos tiene acostumbrados desde hace unos a lucir, sistemáticamente allá donde se dejara ver, sus pendientes de australianas copados de un pequeño brillante al estilo más clásico y discreto.
(Los pendientes además son especialmente significativos de este estado de ánimo pues son la última pieza en colocarse del conjunto de los complementos fijos, pero será otro día que me referiré en profundidad a esta cuestión)

Pues bien, personalmente esperaba con interés ver los pendientes que luciría la Reina Isabel en la boda de su nieto y heredero a la corona.

Y zas!, otra vez las australianas, como si se tratara de un breakfast meeting.

Os tengo que dejar, continuaré.
¡Sed buenos!

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